Este miércoles sucedió lo que todos previamos que iba a pasar. Una vez más, como en la movilización del año pasado, la patota de Joe Lewis golpeó a los partícipes de la Marcha a Lago Escondido ante el abandono y la mirada pasiva de la policía provincial.
Mientras la Columna de montaña “Juana Azurduy”, integrada por más de 60 miembros, se encuentra en la isla central de Lago Escondido y avanza por agua hacia la zona de la estancia de Lewis, una movilización intentó acceder al Lago por el Camino de Tacuifí, cerrado por el magnate inglés, cuando fueron agedidos por un grupo de hombres a pie y a caballo.
Esta movilización ya se había realizado el día lunes y martes (impulsada por la CTA) sin mayores incidentes, pero este 1 de febrero sucedieron las mismas agresiones que otros años. Cuando los manifestantes intentaron derribar el enrejado que cierra el paso público, desde el otro lado les arrojaron piedras y hubo forcejeos con los movilizados que se retiraron pacificamente del lugar.
Sin embargo, un grupo de 9 personas lograron superar las rejas por un camino lateral y fueron retenidas por más de dos horas y luego golpeadas por la patota de Lewis. Desde la fundación Fipca, promotora de la Marcha, denunciaron que “informes y material audiovisual confirman que una patota conformada por peones de Lewis junto a personal de policía comunal llevaron adelante una represión ilegal a un grupo de ocho participantes de la marcha, entre los que se encontraban referentes políticos y una fotoperiodista”
Entre los heridos se encuentran el diputado del Parlasur por el Frente de Todos, Gaston Harispe; la dirigente del Movimientos Socialista de los Trabajadores (MST), Celeste Fierro; y la fotoperiodista de Telam, Alejandra Bartoliche. “Vamos a realizar la denuncia penal contra todos los implicados” confirrmó a Telam, el titular de Fipca, Julio Cesar Urien.