Por Mariana Di Mauro
Diseño Emiliano Guerresi
De origen coya, trotskista, recolector de basura y padre de dos hijos, Alejandro Vilca fue el primer diputado provincial electo por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) en Jujuy en las elecciones legislativas del año 2017 y hoy se anima a disputar una banca en el Senado. Perfil de Candidatos de las Resistencias
Vilca nació en San Salvador de Jujuy en 1976, hijo de padres nacidos en Humahuaca y Abra Pampa. Su niñez y adolescencia transcurrieron en un barrio popular junto a su madre, Luisa Salas y sus cuatro hermanos. Luisa, que trabajaba como empleada doméstica y mucama en el Sanatorio Privado de la ciudad, falleció en el 2020 a causa del COVID-19.
Alejandro realizó el primario en la Escuela Santa Teresita y el secundario en la Escuela de Minas, un industrial público de San Salvador. Al egresar, ganó una beca para estudiar arquitectura en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). A la par, trabajaba en una fábrica de plásticos de 10 de la noche a 6 de la mañana, y a las 8 entraba a la facultad. También fue albañil, mozo y vendedor de helados.
“La búsqueda de la felicidad”
“Cuando empecé a militar lo había hecho por algo muy simple: la búsqueda de la felicidad”, contó el jujeño al Diario Hoy. Los inicios de su militancia se remontan a su etapa como estudiante universitario, la que coincidió con los agitados años ‘90. En el marco de los conflictos universitarios contra la reforma educativa promovida por el entonces presidente Carlos Menem, se acercó a la agrupación juvenil En Clave Roja, perteneciente al Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).
Al calor de la efervescencia de los piquetes, la incipiente emergencia de los desocupados y la convulsión política, social y económica que comenzó a recorrer a la Argentina, Vilca se dedicó de lleno a la militancia en el PTS de San Juan. En esa época, escribía en la revista partidaria La Verdad Obrera, y cuando estallaron los conflictos sociales en su provincia natal, entre 1996 y 1997, se dedicó a cubrir las manifestaciones de docentes, desocupados y trabajadores estatales de la zona, como corresponsal.
A raíz de eso, sumado a algunas complicaciones en su economía, decidió volver a su provincia natal para ver de cerca los conflictos y poder dar luz a las luchas que estaba llevando adelante el pueblo jujeño. Le tocó vivir de cerca las puebladas de Mosconi y Tartagal de 1997 y, de a poco, fue involucrándose cada vez más con la militancia y comprometiéndose con la realidad de los más desprotegidos.
“Hay una imagen que no voy a olvidar: una vez, en Ledesma, la gente hizo retroceder a Gendarmería defendiéndose de los gases lacrimógenos con limones. Simplemente pedían trabajo, y si bien la lucha quedó trunca, eso me marcó”, afirma Alejandro en diálogo con Página12. “Me iba bien en la facultad, pero ese día decidí abandonar todo para buscar la manera de involucrarme en todo eso que se estaba generando”.
“Mi oficio es ser obrero”
Ya de vuelta en la ciudad que lo vio nacer, a pesar de no tener su título de arquitecto, Vilca había acumulado conocimientos que lo llevaron a un puesto en el sector de planos de la municipalidad de San Salvador en el 2001. El trabajo era precario e informal, como el de la mayoría de las y los trabajadores estatales en ese entonces en la provincia.
En el año 2006, en el marco de una protesta por mejores condiciones laborales y el pedido de pase a planta permanente, el socialista junto con trabajadores de la salud, docentes y otros estatales pusieron en pie la Coordinadora Provincial de Trabajadores en Negro.
“Ya en mi adolescencia en Jujuy viví los momentos más duros de las luchas estatales. Porque había muchas provincias en el menemismo que eran inviables. Se pagaba con bonos y ahí en Jujuy se movilizaban muchos trabajadores para que les paguen y ahí comprendí que la organización del pueblo no solo podía cambiar al gobernador, sino también las políticas económicas”, cuenta en diálogo con diario Hoy.
Como represalia a su protesta, Vilca y sus compañeros fueron transferidos al sector de recolección de residuos en el barrio jujeño Alto Comedero. Ubicada a 10 km del sureste de la capital, Alto Comedero es una barriada popular donde viven dos tercios de la población de Jujuy, alrededor de 270 mil personas, en condiciones sumamente precarias. Lleva ese nombre porque en sus orígenes era lugar de pastoreo de distintos tipos de ganado, aunque luego los terrenos fueron comprados o expropiados por el Estado para hacer viviendas sociales.
Así fue que el hoy diputado nacional comenzó su trabajo de recolector de basura en un barrio periférico de la capital jujeña, el cual mantuvo desde el 2006 hasta el 2017, cuando fue electo como diputado e ingresó a la Legislatura jujeña. “Mi oficio es ser obrero de la recolección de residuos, lugar en el que trabajé durante más de 12 años”, le cuenta al diario Hoy.
A pesar del intento de amedrentamiento, el trabajo en Alto Comedero lo volcó aún más a la militancia. “Nos mandaban a juntar basura sin ropa ni guantes y nos vivíamos cortando las manos con vidrios rotos y todo tipo de cosas. Así que empezamos a unirnos para pelear por conquistas, y alcanzamos notoriedad”, cuenta a Página12. Tiempo después, en el 2006 logró junto a sus compañeros municipales la efectivización de todo ese sector.
Alejandro fue delegado del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales de Jujuy. Tuvo fuertes enfrentamientos con el referente histórico del SEOM, Carlos “Perro” Santillán. De hecho, en una polémica decisión fue expulsado del sindicato en una asamblea extraordinaria de 200 integrantes promovida desde la Comisión Directiva del SEOM. La misma acusó a Vilca de realizar una “campaña pública de difamación y falsas denuncias” contra miembros de Comisión Directiva, mientras que el sector de Vilca afirmó haber sido expulsados por denunciar agresiones de una supuesta patota del sindicato cuando volanteaban por el FIT en un edificio municipal.
“No somos políticos profesionales”
Su recorrido hacia el Congreso fue largo y de mucha militancia. Su primer intento fue en el año 2011 cuando se postuló como candidato a gobernador de Jujuy dentro del recién conformado Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). En esas elecciones, obtuvo el 1,93% de los votos. Cuatro años después, probó como candidato a diputado provincial cuyo resultado fue un 7,06%, por lo que no alcanzó para su ingreso a la Legislatura.
Volvió a intentarlo en las elecciones legislativas del 2017, donde alcanzó el tercer lugar con un 17,74% de los votos. Allí, con una histórica elección para el FIT, finalmente, Vilca ingresó a la Legislatura de la Provincia de Jujuy como diputado provincial. Siendo empleado municipal, fue el segundo candidato más votado en las elecciones provinciales del 2017. En ese sufragio el FIT a nivel provincial obtuvo resultados que, además, le permitieron lograr cuatro bancas en la Legislatura y cinco concejales en los municipios de Libertador General San Martín, Palpalá y San Salvador.
Alejandro afirmó al diario Hoy que su incursión en las primeras candidaturas fue para “mostrar que los trabajadores podíamos hacer política y más en una provincia del interior,donde existe esto de los señores feudales o las familias aristocráticas que dirigen o manejan el poder económico, pero también político”.
En el año 2021, en las elecciones primarias previas a las legislativas, cuando tenía previsto volver a su trabajo de recolector, el socialista alcanzó más del 23% convirtiéndose en la mejor elección de la izquierda a nivel provincial. Allí, Alejandro logró alcanzar la banca de diputado nacional por Jujuy.
“Por el sacrificado y combativo pueblo jujeño, por la rebelión de los oprimidos contra el sistema capitalista y por la resistencia de los más de 500 años de nuestros pueblos originarios, ¡Jallalla! ¡Sí, juro!”, fue la jura en el Congreso de la Nación el día de su nombramiento.
“No somos políticos profesionales, somos trabajadores que hacemos política”, dijo Vilca ya con un pie en el Congreso. “Es una histórica campaña. Vamos a aportar a esa importante bancada y sobre todo defender la causa del pueblo trabajador. En el Congreso vamos a aportar a la clase obrera. La militancia nos ayudó a hacer una campaña a pulmón”, expresó, según el Ciudadano.
“Siempre voy a estar del mismo lado”
En las elecciones PASO del pasado 7 de mayo, el FIT, con Myriam Bregman y Nicolás del Caño encabezando la fórmula, salió tercera fuerza Jujuy, provincia convulsionada por las protestas contra la reforma constitucional impuesta por el gobernador Gerardo Morales en septiembre pasado.
Vilca se opuso a la reforma de la Carta Magna jujeña. Denunció irregularidades en la Convención Constituyente y luego renunció a la misma, junto con los otros cinco representantes del Frente de Izquierda, para unirse a las protestas en las calles que luego fueron reprimidas por el gobierno provincial.
En un comunicado de prensa, el diputado resumió las principales propuestas de su espacio para la provincia: “planteamos pelear por el control de trabajadores y comunidades del litio para hacer frente a las necesidades sociales y cuidar el ambiente, un salario mínimo igual a la canasta familiar y que se ajuste por inflación y reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo, sin afectar el salario, creando empleo genuino en las grandes empresas.”
Tras casi 30 años de participar en las luchas y un recorrido de más de diez de candidaturas, el próximo 22 de octubre, Vilca va por una banca en el Senado. En su página web resaltó que estará “en cada lucha y acompañando a las y los trabajadores, siempre estuve y voy a estar del mismo lado”.