La Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI) fue aprobada en el año 2006 con el objetivo de incluir contenidos de educación sexual en todos los niveles educativos e instituciones del país tanto públicas como privadas.
Uno de los ejes principales es la prevención de situaciones de abuso sexual y violencia en niñes y adolescentes.
Según datos del Ministerio Público Tutelar de CABA del 2019, el 80% de les niñes y adolescentes que sufrieron abusos denunciaron después de tener una clase de ESI. El abuso sexual contra las infancias es un tema aún invisibilizado en la sociedad y que suele generar resistencias a la hora de abordarlo.
La Ley busca educar a les jóvenes para un ejercicio libre y pleno de sus derechos sexuales y reproductivos. La propuesta pedagógica de la ESI se estructura en base a cinco ejes temáticos: el cuidado del propio cuerpo; la valoración de las emociones y de los sentimientos en las relaciones interpersonales; el reconocimiento de la perspectiva de género; el respeto de la diversidad; y el ejercicio de los derechos concernientes a la sexualidad.
Los movimientos feministas, protagonistas en la militancia de la ley, sostienen que la efectiva implementación de la ESI es un paso fundamental en la lucha contra la violencia de género.