Por David Pike Lizarraga
El candidato de ultraderecha arrasó en el balotaje, Javier Milei se impuso por 11 puntos. Ganó en 21 de las 24 provincias y perdió por muy poco en la provincia de Buenos Aires, en el conurbano le fue mal.
El resultado le da legitimidad para intentar avanzar en los cambios estructurales que plantea, ya aseguró “cambios drásticos y sin gradualismos”. El nuevo presidente anunció que privatizará YPF y los medios públicos, viene por los derechos conquistados.
Milei cree que el fracaso de Macri se debió a las negociaciones políticas que le impidieron hacer un cambio de raíz y a no enfrentar con dureza la resistencia popular. Por lo cual, se apresuró en delimitar a su enemigo, solo quienes lo apoyen activa o pasivamente serán considerados “argentinos de bien”, con el resto serán “implacables”.
Sin embargo, no tiene mayoría en el Congreso por lo que deberá negociar para avanzar con sus cambios, La Libertad Avanza solo cuenta con 38 diputados y 11 senadores propios. Tampoco tiene gobernadores ni intendentes de su fuerza. Su alianza con el Pro y algunos sectores del virtualmente roto “Juntos por el cambio” tampoco le alcanza.
El nuevo presidente sabe que se va a enfrentar a un pueblo organizado, que con su experiencia histórica supo ponerle un freno a Macri. El ex presidente no fue gradualista por vocación, sino porque tuvo un pueblo que lo enfrentó.
Ese pueblo organizado será su principal enemigo. “Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, planteó Milei y aseguró que en su Argentina “no hay lugar para la tibieza”. Sindicatos, movimientos sociales, organizaciones feministas, Centros de Estudiantes y tantos otros colectivos de trabajadores serán los “argentinos del mal”.
La unidad será fundamental para construir una fuerza capaz de enfrentar al nuevo gobierno. Volver a escucharnos y repensar que nos trajo hasta acá. Mientras tanto, solo nos queda seguir organizados y resistir.