| Por Mariana Di Mauro
| Arte: Lucía Brutta
Un nuevo 8 de marzo se avecina y los feminismos ya están en marcha. Será la primera gran convocatoria feminista tras la asunción del gobierno de Javier Milei. Las razones para marchar sobran.
Desde que son gobierno, la Libertad Avanza, cumpliendo con sus promesas de campaña, impuso un camino de claro retroceso a nivel económico, social y en materia de derechos, concentrado, en gran parte, en el mega DNU y la Ley Ómnibus. A días de cumplirse tan sólo tres meses de la asunción, el deterioro de la calidad de vida del pueblo ya comienza a percibirse, consecuencia de los altos niveles de inflación, el congelamiento de salarios, los despidos y los aumentos de alimentos y tarifas, entre otros. Esta es la realidad que se esconde detrás del 57,4% de pobreza que informó el Observatorio Social de la UCA en enero.
Este 8 de marzo, los feminismos se preparan para levantar las tradicionales banderas de su movimiento, pero esta vez el eje principal estará puesto en las políticas neoliberales de ajuste que hambrean al pueblo y dejan a las y los pibes sin comer.
De cara al 8M
En la primera asamblea de organización del 8M, en la que participaron organizaciones sindicales, sociales, políticas, referentes y cientos de militantes, se planteó una línea clara de cara al paro. Desde Géneros ATE, representando a lxs trabajadores del Estado, Clarisa Gambera exclamó: “Vamos a construir un 8 de marzo que, creemos, tiene que tener la situación de las trabajadoras y los trabajadores como foco. Hay una avanzada sobre nuestras conquistas. Ustedes saben, este gobierno viene a desguazar el Estado, se lleva puesto nuestros sectores de trabajo”.
La Economía Popular se expresó también en la voz de Dina Sánchez, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP): “En nuestro sector la estamos pasando muy mal. El ajuste recae en los sectores medios, pero con muchísima más fuerza en los sectores populares. El 70% de quienes conformamos la Economía Popular somos mujeres. Por eso decimos que hay una feminización muy fuerte de la pobreza, que tiene cara y somos las mujeres, nuestras diversidades y nuestras niñeces”.
Según denuncian las organizaciones sociales, hoy hay alrededor de 45 mil comedores que no reciben alimentos desde diciembre, y siguen sin respuesta por parte del gobierno. En este marco, el mensaje de Sánchez fue contundente: “Con el alimento no se jode, no se negocia”.
Por la CTA Autónoma habló Leonor Cruz afirmando que “construir un 8 de marzo masivo es lo que necesitamos. Que reivindique el feminismo y nuestras agendas, y que deje en claro que el hambre en la Argentina es una decisión política y disciplinadora para nuestras compañeras. Tenemos que salir unidas. Fuimos marea, seremos tsunami. El enemigo no está en el feminismo, está en la derecha fascista”.
Los derechos se defienden
Con vistas en lo urgente, no se dejan de lado las reivindicaciones históricas que lleva consigo el movimiento feminista, ni la defensa de los derechos ya conquistados. Leyes conseguidas al calor de las luchas son puestas en riesgo por la ultraderecha que gobierna, entre ellas la Ley Micaela y la Ley del aborto.
Con respecto a la primera, la Ley Ómnibus, que pretende ser enviada de nuevo a comisiones, contiene en su Artículo N°535 una modificación de la Ley: “Se establece la capacitación obligatoria en la temática violencia familiar y contra la mujer, para todas las personas que se desempeñen en la función pública en los organismos competentes en la materia.” De esta manera, exime a funcionarios que no estén “en la materia” a capacitarse.
Con respecto al aborto, tras el retroceso en el tratamiento de la Ley Ómnibus en el Congreso, se dio a conocer un proyecto de ley para derogar la Ley de IVE. El texto no sólo deroga la 27.610, sino que va aún más atrás, elevando las penas para quienes aborten y eliminando la causal por violación (esto modifica también el Código Penal de 1921).
No olvidemos que Milei eliminó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad apenas asumido el cargo, generando incertidumbre en lo que respecta a las políticas nacionales contra la violencia de género y la protección de mujeres y disidencias en situaciones vulnerables.
Este es el escenario en el que los feminismos vuelven a las calles este 8M. Con asambleas en todo el país, mujeres y disidencias se preparan para lo que se espera que sea una masiva huelga contra el ajuste y la precarización que promete el gobierno de Javier Milei. Los frentes abiertos son muchos, pero la consigna es clara, basta de ajuste contra el pueblo.